La primera parte fue de turismo, pero la cosa cambió cuando pasé por Villanueva del Trabuco. Pero hasta llegar allí, fui disfrutando por el camino entre fincas: unas con sus caballos, otras con los cerdos, ¡pero qué buenos están, entre pan y pan! .
Villanueva del Trabuco estaba en fiestas. Todos vestidos para la ocasión: de Sevillanas, de señoritos, etc. "T'o mu elegantes."
Aquí la salida se hace cuesta arriba, je, je, y qué cuesta, sólo digna de los de Bilbao. ¡ qué pasada!, Pero lo dicho, sólo para los de Bilbao centro, centro. La bajada por el otro lado... nada de pista, bajada trialera y con bastante inclinación.
Prueba superada.
Otra vez a llanear por la zona de Alfarnatejo hasta perdernos entre olivares. Aquí tuve mi 2º pinchazo, aunque yo diría reventón y encima fue en la cubierta nueva; posiblemente alguna piedra la rajó en un lateral...¡ a tomar por cul... el líquido antipinchazos, bueno es normal son antipinchazos y no antireventones.
Esta zona fue rompe-piernas y más al final del día que parece todo más duro. Bueno..., todo.., todo, no.
Así que subiendo y bajando cuestas llegué a Ventas de Zafarraya, que me regaló unos kilómetros antes, unas vistas que se podían ver hasta el mar: Vélez Málaga